Cirugía
El veterinario es el médico pero también el cirujano de su animal. Los casos en que se realiza una cirugía son numerosos y de diversa gravedad: operaciones "de conveniencia" (esterilizaciones), extirpación de quistes y tumores, hernias, tras peleas entre animales (abscesos, mordeduras), intervención en el abdomen en caso de patología intestinal (obstrucción, tumores, etc.) o genital (cesárea, piometra), urgencias vitales (torsión de estómago, hemorragia interna), intervenciones en ojos u oídos, ...
Cuando la intervención quirúrgica sea "planificable", el veterinario realiza una consulta preoperatoria en profundidad contigo y en esta ocasión anotará todas las peculiaridades sanitarias de tu animal (corazón, riñones, diabetes, etc.). Podrá realizar los exámenes complementarios necesarios para un mejor manejo del animal (análisis de sangre, radiografías, análisis de orina ...). Posiblemente le recetará dicho medicamento o tratamiento para preparar al animal para la operación.
En todos los casos adaptaremos la técnica anestésica u operatoria a la condición clínica y edad de su mascota. En efecto, el veterinario dispone ahora de diversos medios anestésicos que permiten modular el tiempo para conciliar el sueño según la operación a realizar y elegir la técnica más adecuada ...
El manejo del dolor postoperatorio también es un punto importante porque un animal "cómodo" al despertar se recuperará más rápidamente de su intervención. Al igual que en la medicina humana, ahora los veterinarios tienen muy en cuenta este punto para que recuperes a tu animal en la mejor forma posible después de su operación.
Aprovecha la consulta preoperatoria para hacerte todas las preguntas necesarias sobre la intervención, la anestesia, sus consecuencias, el tiempo de recuperación, los fármacos a administrar postoperatoriamente, los puntos que son importantes para ti.
Anestesia
A diferencia de los humanos, no podemos pedirle a los animales que no se muevan mientras el veterinario realiza algún cuidado. Es por esto que una cierta cantidad de procedimientos se realizan sin anestesia en humanos y requieren uno en animales: raspado, cuidado de heridas, algunas radiografías, algunas ecografías, colocación de catéter urinario en gatos, realización de un análisis de sangre…. En estos casos, dependiendo del temperamento del animal y del acto a realizar, el veterinario adapta su protocolo desde la simple tranquilización hasta la anestesia general.
Asimismo, el veterinario podrá utilizar anestesia en determinados animales no cooperadores o incluso agresivos (o salvajes) con el fin de realizar un examen clínico o pequeños cuidados.
Finalmente, cualquier intervención quirúrgica (incisión de la piel para llegar a un órgano) requiere anestesia general.